(Las cuatro primeras torres del telégrafo óptico en la línea Madrid-Valencia-Barcelona. La número 5 estaría en Perales de Tajuña. En total, 29,6 kms de distancia, en línea recta)
(Torre de telégrafo óptico según el sistema Mathé)
(El llamado "castillete de Retiro" era la torre nº1. Vino a sustituir a la de la Puerta del Sol y la Casa de Aduanas, convirtiéndose en la cabecera de la línea de Valencia y, también, la de Andalucía)
Las líneas de telégrafo óptico, reguladas por ley, comienzan a utilizarse en España a partir de 1799, aunque su generalización se produce en la década de los cuarenta del siglo XIX. Así, en 1844 una ordenanza regulaba la distancia máxima entre las torres, así como las condiciones de su ubicación. Mediante esta ley, de 1 de marzo de 1844, se adoptaba el sistema del coronel José María Mathe.
En principio, este método estaba destinado a la transmisión de mensajes cifrados, validos para los militares y autoridades provinciales. El lenguaje, a base de señales ópticas y encriptado, era muy complejo: abarcaba unas 97.000 expresiones distintas, que simplemente eran transmitidas por los torreros, sin conocer éstos el significado.
Estas torres eran auténticas fortificaciones. Tengamos en cuenta que, en la España del siglo XIX, el bandolerismo y las partidas carlistas se adueñaron de los espacios rurales y ello obligaría, en cierta forma, a la creación de la Guardia Civil en 1844. Ello explica, también, que en esos años, en los que ya se empieza a experimentar la telegrafía eléctrica, se siga prefiriendo ésta, puesto que los bandoleros podían cortar los cables de las comunicaciones. Por todo esto, los vigilantes de la torre tenían que estar preparados para soportar el aislamiento y los ataques armados. En este sentido, es muy recomendable el estudio de Pablo Schnell sobre las “Torres fortificadas del telégrafo óptico en la comunidad de Madrid”, que nos ilustra sobre los origenes y funcionamiento de este sistema, en nuestra provincia. Aquí, en la línea de Valencia, conservamos dos torres en buen estado: la de Arganda del Rey, llamada del “Campillo”, que ha sido recientemente restaurada, y la de la cabecera de línea, situada en el Retiro, entrando por la Puerta del Niño Jesús. A esta última pertenece una de las fotos de esta entrada del blog.
La torre del telégrafo de Rivas hacía la número tres en la línea de comunicaciones entre Madrid y Barcelona, pasando por Valencia. En realidad, a partir de Sagunto casi no llegaron a funcionar, debido a las dificultades de visibilidad por las nieblas. En total, desde el edificio de la Gobernación de la Puerta del Sol y el castillo de Montjuich, había sesenta de estas edificaciones. Se pueden ver las fotografías de todas ellas (salvo las que ya han sido destruidas) en la página de la Asociación de Amigos del Telégrafo.
De Rivas ha quedado noticia de su ubicación, pero nada del edificio, puesto que la superficie del Cerro del Telégrafo ha sufrido múltiples modificaciones y usos, y ya han transcurrido más de ciento cincuenta años desde que dejó de funcionar este artefacto. Concretamente, el telégrafo óptico empezó a funcionar en 1849 y fue sustituido por otro de cableado eléctrico en 1855.
Estas torres eran auténticas fortificaciones. Tengamos en cuenta que, en la España del siglo XIX, el bandolerismo y las partidas carlistas se adueñaron de los espacios rurales y ello obligaría, en cierta forma, a la creación de la Guardia Civil en 1844. Ello explica, también, que en esos años, en los que ya se empieza a experimentar la telegrafía eléctrica, se siga prefiriendo ésta, puesto que los bandoleros podían cortar los cables de las comunicaciones. Por todo esto, los vigilantes de la torre tenían que estar preparados para soportar el aislamiento y los ataques armados. En este sentido, es muy recomendable el estudio de Pablo Schnell sobre las “Torres fortificadas del telégrafo óptico en la comunidad de Madrid”, que nos ilustra sobre los origenes y funcionamiento de este sistema, en nuestra provincia. Aquí, en la línea de Valencia, conservamos dos torres en buen estado: la de Arganda del Rey, llamada del “Campillo”, que ha sido recientemente restaurada, y la de la cabecera de línea, situada en el Retiro, entrando por la Puerta del Niño Jesús. A esta última pertenece una de las fotos de esta entrada del blog.
La torre del telégrafo de Rivas hacía la número tres en la línea de comunicaciones entre Madrid y Barcelona, pasando por Valencia. En realidad, a partir de Sagunto casi no llegaron a funcionar, debido a las dificultades de visibilidad por las nieblas. En total, desde el edificio de la Gobernación de la Puerta del Sol y el castillo de Montjuich, había sesenta de estas edificaciones. Se pueden ver las fotografías de todas ellas (salvo las que ya han sido destruidas) en la página de la Asociación de Amigos del Telégrafo.
De Rivas ha quedado noticia de su ubicación, pero nada del edificio, puesto que la superficie del Cerro del Telégrafo ha sufrido múltiples modificaciones y usos, y ya han transcurrido más de ciento cincuenta años desde que dejó de funcionar este artefacto. Concretamente, el telégrafo óptico empezó a funcionar en 1849 y fue sustituido por otro de cableado eléctrico en 1855.
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